¡Enhorabuena! No le quepa la menor duda de que ha tomado la decisión correcta. Con tres días o más podrá tomarse su tiempo para explorar Potsdam con tranquilidad. Al igual que los antiguos jefes prusianos, podrá dejar volar su imaginación, pasear por lugares que son Patrimonio Mundial de la UNESCO y disfrutar de la perfecta composición artística de los jardines, la arquitectura barroca y el romántico paisaje fluvial.
Primer día: Potsdam, ciudad tolerante
En su primer día, visitará los lugares de interés más destacados del centro de la ciudad y de la parte norte de Potsdam. Un paseo por el centro histórico, al norte de Potsdam, le llevará en un viaje por toda Europa y verá por qué Italia, los Países Bajos, Francia y Rusia están a solo dos pasos.
Primer día: mañana
Empiece el día en Potsdam en el Mercado Antiguo (Alter Markt), que es considerada una de las plazas más bonitas de Europa. De pie en las escaleras de la iglesia de San Nicolás (St. Nikolaikirche), con vistas al Mercado Antiguo, se puede apreciar que Federico el Grande y sus arquitectos crearon una auténtica piazza italiana en el corazón de Europa central. El Obelisco, la fachada del Museo Barberini y otros edificios tenían sus arquetipos en Italia. Con la inauguración del Parlamento del Estado de Brandemburgo (Landtag Brandenburg) detrás de la fachada reconstruida del antiguo Palacio de la Ciudad (que fue destruido durante la Segunda Guerra Mundial), el corazón histórico de la ciudad comenzó a latir de nuevo en 2014.
Alrededor de la plaza hay varios museos que merecen una visita:
- Museo del cine Filmmuseum Potsdam: Potsdam-Babelsberg es la cuna del cine moderno. Por ello, la exposición permanente «La fábrica de los sueños: 100 años de cine en Babelsberg» le lleva en un viaje en el tiempo por 100 años de cine en Babelsberg.
- Dentro de las históricas paredes del antiguo ayuntamiento, el Potsdam Museum es el lugar idóneo para admirar los más de 1025 años de historia de Potsdam. La exposición permanente «Potsdam. Eine Stadt macht Geschichte» («Potsdam: una ciudad que hace historia») informa sobre el papel de Potsdam como ciudad guarnición, su escena artística y cultural, así como su evolución como ubicación científica.
- El Museo Barberini, que abrió sus puertas en 2017, es un gran museo que hará las delicias de los amantes del arte. Monet, Richter, Picasso y van Gogh son solo algunos artistas cuyas obras maestras tienen esta galería como hogar temporal.
El centro histórico de la ciudad también forma parte de la visita guiada a pie «Tour de la ciudad: un paseo por Potsdam», que comienza en el Centro de información turística del Mercado Antiguo. Puede comprar los tiques en el Centro de información turística o reservar por Internet. En tan solo dos horas, pasará por el Mercado Antiguo (Alter Markt), el Mercado Nuevo (Neuer Markt) y terminará en el Barrio Holandés (Holländisches Viertel) con mucha información inspiradora e historias interesantes. Este barrio se considera el mayor conjunto de casas de estilo holandés de Europa fuera de los Países Bajos. Las acogedoras cafeterías ofrecen deliciosas propuestas, desde grandes bufés de almuerzo hasta pequeños bocados de «pannekoeken» holandeses. Es la zona perfecta para almorzar.
Primer día: mediodía
Otros 20 minutos a pie le llevarán de los Países Bajos a Rusia. Las pequeñas cabañas de la antigua colonia rusa Alexandrowka, hechas con troncos de madera, le harán sentir que está en un cuento de hadas. Si se pregunta cómo era la vida en esta colonia rusa, visite el Museo Alexandrowka.
Primer día: tarde
Tras visitar la hermosa iglesia ortodoxa rusa de la colina de Kapellenberg, el siguiente objetivo es el Belvedere Pfingstberg. Este romántico palacio de recreo, construido al estilo de una villa renacentista italiana, es el punto más elevado de la ciudad. Desde aquí podrá ver verdes parques, pomposos palacios y el centro histórico, todo ello enmarcado por el idílico paisaje fluvial que se extiende a sus pies. Este impresionante panorama hace que la vista desde las dos torres esté considerada como la mejor de Potsdam. Si mira hacia el este, podrá ver incluso el perfil de la hermana más joven y grande de Potsdam: Berlín. Además de las excepcionales vistas, también merece la pena visitar la exposición de la primera planta del Belvedere, donde se ofrece información sobre la reconstrucción que la Asociación de Amigos del Pfingstberg junto con otros conocidos donantes han hecho posible desde finales de los años 80 hasta hoy.
Primer día: noche
No hay mejor manera de terminar un día en Potsdam que sentado a orillas del río Havel con el estómago lleno. Recapitule sus impresiones sobre su pequeño viaje por Europa, observe los barcos, las canoas y los paddle board a su paso, disfrutando de los últimos rayos de sol de su primer día en Potsdam.
Algunos restaurantes que encontrará a orillas del río son, entre otros:
- El Restaurante Seerose, con su amplia terraza frente a la bahía de Neustädter Havelbucht, muy cerca de la plaza Luisenplatz. Disfrute de deliciosos filetes y hamburguesas en la terraza o el interior de este moderno edificio, construido en los años 80 con forma de nenúfar (de hecho, eso significa el nombre del restaurante en alemán).
- La cervecería Meierei. A pocos pasos del Palacio Cecilienhof (Schloss Cecilienhof), esta cervecería ofrece dos opciones para disfrutar de su cerveza artesanal al aire libre: puede elegir entre sentarse a comer en la agradable terraza o bien disfrutar de unos pretzels y patatas fritas en la zona de autoservicio exterior.
- En el distrito cultural de Schiffbauergasse se encuentra el barco restaurante John Barnet. La cubierta permite disfrutar de unas fantásticas vistas del Parque Babelsberg en la otra orilla del río mientras se elige entre la gran selección de platos de pescado.
Segundo día: Historias de la Guerra Fría y pompa prusiana
Su segundo día en Potsdam le trasladará a finales de la década de los 40, para conocer los acontecimientos y las decisiones tomadas en Potsdam que cambiaron el mundo y movieron fronteras. Todo ello enmarcado en el apacible entorno de un parque con ostentosos palacios.
Segundo día: mañana
El punto de partida es la estación Griebnitzsee del S-Bahn. Si hoy no desea recorrer largas distancias a pie, un puesto situado justo fuera de la estación ofrece bicicletas en alquiler de todos los tamaños.
El paseo por la calle Karl-Marx-Strasse le llevará por la Colonia de mansiones Neubabelsberg (Villenkolonie Neubabelsberg). No obstante, como Guillermo I pidió a sus «vecinos» que no construyeran casas con fachadas demasiado llamativas hacia la calle, asegúrese de pasear por el camino de la orilla opuesta del lago Griebnitzsee para obtener la mejor impresión de las magníficas mansiones y sus amplios jardines.
Debido a la cercanía de los estudios de cine Babelsberg, conocidos actores y estrellas como Jean Gabin y Marlene Dietrich residieron temporalmente en estas casas durante los rodajes. Además, el presidente estadounidense Harry S. Truman se alojó aquí durante la Conferencia de Potsdam en el Palacio Cecilienhof (Schloss Cecilienhof), en el verano de 1945.
Al final de la Karl-Marx-Strasse, se llega al Parque Babelsberg. Peter Joseph Lenné y, posteriormente, el príncipe Pückler diseñaron este parque en el siglo XIX. Todavía se pueden apreciar las influencias británicas que Pückler aportó al ondulado paisaje del parque. Disfrute de las impresionantes vistas del ajetreado río Havel desde las explanadas de césped situadas frente al Palacio de Babelsberg (Schloss Babelsberg), el cual, por cierto, es el mejor lugar para contemplar la vista panorámica del famoso Puente Glienicke (Glienicker Brücke). Puede tomar un descanso aquí o en el pequeño café del palacio menor del parque, el Kleines Schloss, no muy lejos.
Segundo día: mediodía
Desde el Parque Babelsberg, el Puente Glienicke está a solo 15 minutos a pie. El paseo para llegar hasta él pasa por el barrio de Klein Glienicke. Este lugar pertenecía políticamente a la Alemania del Este, pero geográficamente se ubicaba en terreno de Berlín Occidental y era una «zona especial de seguridad», ya que en una pequeña parte estaba rodeada por el Muro de Berlín. Por la forma alargada y estrecha que tenía, también se la llamaba a veces «apéndice de la RDA».
Cuando cruce el Puente Glienicke (Glienicker Brücke), tenga en cuenta que hace 30 años este paseo era algo impensable. Justo en la frontera entre Berlín Occidental, por un lado, y Potsdam como ciudad de Alemania Oriental, por otro, el capitalismo y el socialismo se enfrentaron aquí durante décadas, lo que convirtió a Potsdam en un punto clave para los servicios secretos. La película El puente de los espías, con Tom Hanks, cuenta la historia del primer intercambio de agentes que tuvo lugar en este puente en 1962 entre la Unión Soviética y los Estados Unidos, durante la Guerra Fría.
Segundo día: tarde
A otros 20 minutos a pie, en el Palacio Cecilienhof (Schloss Cecilienhof), se celebró en 1945 la Conferencia de Potsdam, en la que los países Aliados Unión Soviética, Reino Unido y EE. UU. acordaron dividir Alemania en cuatro zonas de ocupación, lo que posteriormente condujo a la división de Europa.
Justo al oeste del Palacio Cecilienhof se encuentra un barrio al que no era fácil acceder en los años de la Guerra Fría. De hecho, solo los residentes del barrio y los agentes podían acceder a esta parte de Potsdam, ya que en ella se encontraba el servicio de contrainteligencia militar soviético. La antigua prisión ubicada aquí es ahora un monumento conmemorativo que ofrece una visión profunda de cuáles eran las condiciones en el pasado (Gedenk- und Begegnungsstätte Leistikowstrasse Potsdam). Numerosas inscripciones en las paredes de las celdas reflejan de forma impactante la privación de derechos y el aislamiento de los prisioneros. La exposición permanente muestra la sombría historia del edificio y relata el destino de los prisioneros.
Para obtener más información sobre la división de Alemania y la revolución pacífica, visite la fundación conmemorativa Stiftung Gedenkstätte en Lindenstrasse, en el centro de la ciudad. Las exposiciones se centran en las personas encarceladas durante la dictadura nazi y el régimen del partido socialista PSUA.
Segundo día: noche
Para cenar, recomendamos visitar la zona alrededor de Gutenbergstrasse, Lindenstrasse y Dortustrasse, donde encontrará desde clásica (pero buena) pasta italiana hasta fresca cocina francesa con encanto de brasserie, pasando por hamburguesas hawaianas. Hay restaurantes para todos los gustos.
Disfrute del final del día en la misma zona, ya que hay muchos bares y pubs.
Tercer día: La isla de la inspiración
Tercer día: mañana
Por supuesto, ¡no se puede abandonar Potsdam sin visitar el Palacio Sanssouci! (Schloss Sanssouci). Con más de 300 000 visitantes al año, ha dejado de ser solo el palacio favorito de Federico II. Sirvió a Federico II como residencia de verano y palacio de recreo, en el que quiso disfrutar de su vida privada.
Para ver el Palacio Sanssouci por dentro, le aconsejamos que nada más llegar se dirija al centro de visitantes situado en el molino de viento histórico. De este modo, aumentarán sus posibilidades de conseguir una entrada para la visita interior en la próxima hora. Si compra una entrada para un par de horas más tarde, no se preocupe: hay mucho más que explorar en estos hermosos parques y jardines.
¿Le gustaría tenerlo todo planeado de antemano? Adquiera una entrada sanssouci+, que ofrece las siguientes ventajas:
- Un acceso único a todos los palacios de la Fundación de Palacios y Jardines Prusianos de Berlín-Brandemburgo en Potsdam
- Elija una hora para entrar al Palacio Sanssouci (se puede reservar con antelación)
- Compre la entrada en los centros de visitantes del Parque Sanssouci, los Centros de información turística del Mercado Antiguo (Alter Markt) y la Estación Central (Hauptbahnhof) de Potsdam o en Internet.
Tercer día: mediodía
Si mira hacia el oeste desde el Palacio Sanssouci, seguro que le sorprenderá el molino de viento histórico (Historische Mühle), que es un mirador perfecto para obtener una visión de conjunto de este enorme parque. Con algo de ayuda del viento, sus chirriantes aspas siguen procesando el grano hoy en día. En la tienda del museo, justo enfrente del molino, puede comprar pan horneado con harina de Sanssouci.
El cercano Palacio de la Orangerie (Orangerieschloss) es de visita obligada para los amantes del arte. En su interior, la imponente Sala de Rafael exhibe una gran colección de unas 50 copias de cuadros de este artista italiano, como la Madonna Sixtina y la Transfiguración. Las paredes de color rojo intenso acentúan los cuadros de una forma fantástica. Además, el Palacio de la Orangerie cuenta con dos torres mirador desde las que se divisan unas preciosas vistas del parque y sus edificios históricos.
Tercer día: tarde
Al cruzar la Maulbeerallee, verá un enorme palacio de ladrillos rojos: el Palacio Nuevo (Neues Palais). Es el palacio más grande de Potsdam, con diferencia, y contrasta fuertemente con el íntimo y más bien modesto Palacio Sanssouci.
El edificio, al que el propio Federico se refería como la «fanfarronada» de Prusia, se hizo famoso por sus impresionantes interiores, como el Salón de la Gruta, el Salón de Mármol y hasta un teatro. El reconstruido Salón de la Gruta, con el brillo de miles de conchas, cuarzos y otros minerales, estaba destinado a impresionar a los invitados de Federico el Grande y ahora usted puede disfrutarlo de nuevo.
Para regresar al centro de la ciudad, puede tomar la línea de autobús 695, aunque si todavía no ha saciado su sed de palacios y jardines, será mejor que regrese a pie por el parque. Con el Pabellón Chino (Chinesisches Haus), el Palacio de Charlottenhof (Schloss Charlottenhof) y las Nuevas Cámaras (Neue Kammern), por nombrar solo algunos, este parque está repleto de cultura, arquitectura y vistas que emanan cierto savoir vivre.
No hace falta decir que los palacios del Parque Sanssouci son un escenario impresionante para eventos como:
- El Festival de música Potsdam Sanssouci (Musikfestspiele Potsdam Sanssouci), que se celebra cada año en junio y ofrece representaciones de música del Renacimiento, el Barroco, el Clasicismo y el Romanticismo.
- La Noche de los Palacios de Potsdam (Potsdamer Schlössernacht). Se celebra durante un fin de semana de agosto y ofrece música, literatura y obras de teatro en el Parque Sanssouci iluminado.
- La Ópera de Invierno (Winteroper) en noviembre. El reformado teatro del Palacio Nuevo vuelve a albergar óperas desde 2020.
Desde el extremo este del parque volverá a entrar en la ciudad por la plaza Luisenplatz, con la Puerta de Brandemburgo (Brandenburger Tor). No la confunda con la Puerta de Brandemburgo de Berlín, pues solo comparten el nombre. De hecho, la de Potsdam se construyó 20 años antes que su famosa hermana de Berlín.
Rodeada por el río Havel y sus lagos, está claro que Potsdam es la ciudad perfecta para explorar desde el agua. Existen muchas posibilidades para esto:
- La forma más cómoda es subir a bordo de uno de los barcos de excursiones que parten del puerto, cerca del Mercado Antiguo (Alter Markt). Disfrute de la gastronomía alemana a bordo y descanse los pies. Surcando las aguas del idílico río Havel, disfrute de la puesta de sol que sumerge el Palacio de Babelsberg en la luz rojiza del atardecer, justo antes de pasar el Puente Glienicke.
- Si le gusta la privacidad, también puede alquilar una de las famosas barcas de madera. No se preocupe, no se necesita licencia para embarcaciones. Disfrute de la libertad de decidir qué camino tomar. Además, puede traer su propia comida para hacer una barbacoa a bordo. También es posible pernoctar.
- Para los visitantes más activos y en forma, también hay posibilidades como alquilar una canoa o una tabla de stand up paddle.
Sea cual sea el transporte que elija, los amables y serviciales expertos de los Centros de Información Turística de Potsdam estarán encantados de ayudarle con su reserva.
Tercer día: noche
Por supuesto, también puede cenar a bordo de la barca o en uno de los barcos que realizan excursiones. Sin embargo, si quiere ir sobre seguro, aquí tiene algunos restaurantes premiados por Michelin, Gault & Millau, así como por certámenes regionales:
- Restaurante Friedrich Wilhelm
- Speckers Landhaus
- Restaurante Juliette
- KochZIMMER
Mientras hace balance de sus sus días en Potsdam, quizás se le ocurran planes para su próxima visita a la ciudad. Si no sabe cuál es la mejor estación para volver, aquí hemos reunido algunas ideas.